EL OLIVAR

NUESTRA TIERRA

El aceite de oliva virgen extra «Olivar de la Atalaya» nace en un paraje singular, en la falda de la sierra de la Atalaya, no lejos de la población de Calzada de Calatrava (provincia de Ciudad Real). Allí, un antiguo olivar de más de 80 años de antigüedad fue ampliado hace más de diez con árboles nuevos de la misma variedad, picual. La tierra rojiza oscura, combinación de arcillas, cuarcitas y materiales magmáticos procedentes de las antiguas erupciones de los cercanos volcanes de la Atalaya y Salvatierra, se aúnan a un entorno privilegiado de almendros y arbustos aromáticos para proporcionar al fruto de los olivos sus características únicas e irrepetibles, que permite obtener un aceite de la máxima calidad.

LA ELABORACIÓN

El aceite de oliva virgen extra «Olivar de la Atalaya» se recoge con la aceituna verde apenas pintona, en su sazón justa para poder obtener de ella un zumo con las mejores propiedades de sabor y aroma. A principios del mes de noviembre y por medios mecánicos, la aceituna se recolecta con el máximo cuidado, sin permitir que en ningún momento toque el suelo. Del árbol al transporte, donde pasa el mínimo tiempo necesario para llegar a la almazara. Ésta, con sus instalaciones prevenidas para la llegada del precioso fruto, procede inmediatamente a su molturación con una única prensa en frío y a su extracción por centrifugado, sin dar tiempo a que la aceituna se deteriore en modo alguno.

El zumo así obtenido se almacena en tanques asépticos de acero, de donde se procede a su filtrado para aumentar su tiempo de vida en condiciones óptimas una vez en manos del consumidor final, y más adelante a su embotellado en presentaciones de cristal opaco, irrellenables y de la máxima calidad con capacidades de 250 y 500 mililitros, así como de plástico opaco de uno y dos litros.

EL ACEITE

El aceite de oliva virgen extra «Olivar de la Atalaya» presenta una acidez máxima en el momento de su embotellado de 0,4%; conservado con su envase bien cerrado, en lugar fresco y seco y alejado de fuentes de luz directa, sus cualidades se conservarán estables durante mucho tiempo. Su color es dorado, rico y brillante. Presenta aromas con una intensidad de frutado equilibrada, ofreciendo una combinación de notas verdes y maduras. Pueden percibirse, así mismo, notas de hierbas aromáticas, infusiones y frutos secos. En boca, el aceite muestra intensidades bajas de amargo y picante, a la vez que una intensidad alta de frutos secos y verde hierba. La cata se redondea con una alta persistencia del sabor a plátano.

«Olivar de la Atalaya» es un aceite de oliva de la más alta calidad, indicado para su consumo en crudo. Es, por tanto, particularmente apropiado para ensaladas y excelente para la preparación de vinagretas de todo tipo, así como mayonesas. «Olivar de la Atalaya» da un toque muy especial a preparaciones cocidas y frituras de todo tipo. Del mismo modo, no impone su noble sabor en guisos y otros platos, pero sí realza el de sus componentes.

Desde las antiguas erupciones de los cercanos volcanes de la Atalaya y Salvatierra